sábado, 23 de noviembre de 2013

Causas y consecuencias de la dictadura en Chile


Causas

  • Primera causa. En relación a la llamada "guerra fría", tanto Estados Unidos como la Unión Soviética influyeron en el resultado de las elecciones de 1970 en Chile. Allende realizó un pedido personal de dinero a la Unión Soviética, a través de su contacto personal, el oficial de la KGB Svyatoslav Kuznetsov, quien urgentemente viajó a Chile desde Méjico para ayudar a Allende. Según estas publicaciones, la partida original de dinero para las elecciones a través de la KGB fue de $400,000, y un subsidio personal adicional de $50,000 directo a Allende. Luego de las elecciones, el director de la KGB Yuri Andropov obtuvo un permiso de dinero adicional y otros recursos del Comité Central del CPSU para asegurar la victoria de Allende en el Congreso. En su pedido el 24 de octubre, declaró que la KGB "llevará adelante medidas destinadas a promover la consolidación de la victoria de Allende y su elección al puesto de Presidente del país". Entre los preparativos de Estados Unidos para impedir la llegada de Allende al poder, partimos del hecho que, el triunfo de Salvador Allende fue legítimo, pero sin la mayoría absoluta. Este nuevo escenario atentaba contra los intereses norteamericanos quienes veían en la experiencia socialista chilena una amenaza para la región y un fortalecimiento del imperialismo soviético. De este modo, se deja ver claramente que existió desde antes del triunfo electoral de Allende y la UP el 4 de septiembre de 1970 una conjugación entre el imperialismo norteamericano, la burguesía llamada nacional, los terratenientes, la derecha tradicional y la Iglesia, los cuales se empeñaron en conseguir su objetivo más inmediato, a saber, impedir que Allende y la UP tuvieran acceso a la presidencia.


  • En cuanto a la segunda causa, analizaremos la importancia del rol de la derecha, la Democracia Cristiana y la iglesia para promover el golpe militar. La derecha desde el primer momento hizo lo que estuvo a su alcance para derribar a Allende. Siempre ha mostrado una permanente política anti-comunista. Todas sus instituciones actuaban casi en una perfecta colusión, como cuando se pidió el desafuero del senador de derecha Raúl Morales a causa del asesinato del General Schneider. En el caso, la Corte Suprema negó el desafuero y la prensa oficialista denunció inmediatamente este hecho. El diario "El Mercurio" salió en defensa del senador aludido.
    En esta conjugación en contra del comunismo, representado por Allende y la UP, no faltaría tampoco el rol que jugó desde temprano la Iglesia Católica. A modo de ejemplo, basta señalar que dos de los principales representantes eclesiásticos de la época, el cardenal Silva Henríquez y la Conferencia Episcopal, en 1962 y después en 1971, afirmaron respectivamente que, “con el triunfo del comunismo en Chile, la iglesia y todos sus hijos no pueden esperar sino persecución, lágrimas y sangre” y que, el socialismo de inspiración marxista “ha pisoteado y ensangrentado la historia de muchos pueblos, violando los derechos fundamentales de las personas, la sociedad y la iglesia”.
    En cuanto a la Democracia Cristiana, inclusive antes del ascenso de Allende al gobierno, estuvo implicada en los preparativos para impedirlo. Como ejemplo, citamos un documento de la ITT, de fecha 29 de septiembre de 1970, que señala: “… el presidente Eduardo Frei quiere detener a Allende y lo ha dicho a sus íntimos. Pero quiere hacerlo constitucionalmente. O sea, a través ya de un vuelco de voto en el Congreso o de una crisis interna que requiera la intervención militar”.
    También la “Campaña del Terror” era protagonizada por la DC. Personeros importantes de sus filas pregonaban un discurso catastrofista, buscando sembrar el terror entre las masas, esencialmente la clase media, frente al triunfo electoral de Allende. Entendemos que, en su esencia, la DC defiende los intereses de la burguesía, aun cuando su discurso diga lo contrario o que votó a favor de la ratificación de Allende como presidente por el Congreso pleno.

  • En relación a la tercera causa, esto es, las orientaciones contrapuestas al interior de la UP sobre las estrategias para avanzar en el ideal comunista, el periodista Camilo Taufic, en su libro “Chile en la Hoguera 1973”, señala que “eran dos las principales influencias ideológicas que actuaban en ella (UP). La primera provenía de la revolución cubana que ejercía gran atracción en el Partido Socialista, el MAPU, la Izquierda Cristiana, sectores de Juventud Radical y, fuera de la UP, MIR. La segunda, venía del leninismo clásico derivado de la revolución rusa, con sus estrictas leyes generales de la revolución. Esta reunía al partido Comunista Chileno. Por su parte, Salvador Allende concordaba mejor con la línea política de esta última, la cual quedaba de manifiesto en toda la vida pública que Salvador Allende había tenido siempre
  •  La cuarta causa, el ambiente de violencia generalizada imperante en este período, se debió en parte a este cambio de fondo del programa institucional y al peligro de llevar al país, a pasos agigantados, a un gobierno socialismo marxista como el soviético o el cubano. Esto produjo efectos muy negativos en amplios sectores de la clase media y generó una progresiva y dura resistencia de estos sectores, los que, incentivados por la derecha y dinero norteamericano, efectuaron paros gremiales de camioneros, comerciantes y médicos que aumentaron el grave estado económico del país.

Consecuencias


Mapuche y chilenos sufrieron las consecuencias de una promesa aplastada una madrugada de septiembre del año 1973.

Al igual que en millones de chilenos los tres años de gobierno de la Unidad Popular despertaron en el pueblo mapuche aspiraciones de bienestar y esperanza. En circunstancias históricas muy especiales, convergieron dos objetivos históricos, el de la Nación Mapuche y el de los sectores progresistas de la nación chilena. Mapuche y chilenos sufrieron las consecuencias de una promesa aplastada una madrugada de septiembre del año 1973.

Reflexionar sobre la dictadura que se instaura en septiembre; 1973 nos lleva revivir la historia mapuche. Y por aquellos que no están nos corresponde contar sus historias, los detalles de sus días.
Las promesas de la revolución de esos tiempos era un camino a recorrer y miles de voluntades se sumaron, hermanados por la esperanza. Chile era y es un país sometido al capitalismo depredador y excluyente. Tal como es, y estaba; Chile no es un proyecto de país aceptable.
Aquellos revolucionarios no estaban equivocados. Nuestros hermanos y hermanas mapuche asumieron la causa de hacer una revolución y dar pasos hacia el socialismo, se trataba de cambiar la sociedad chilena; era lo que había que hacer. La nación mapuche iniciaba su batalla para vencer el colonialismo, para transitar por un país humano y justo. A ese proyecto, se sumó esa generación de comuneras mapuches revolucionarios. Llegaron convencidos que era ese el camino, que la alternativa revolucionaria tenía su espacio en la nación mapuche. Entre consignas aguerridas y tanta esperanza, todo era fundamental y trascendente y así una causa justa forjó un ciclo más de historia mapuche.
La Unidad Popular implementó un programa especial de educación para la juventud campesina y mapuche. Se entregaron becas de estudios que costeaban matrículas, materiales de estudio, hospedaje y alimentación para estudiantes de la enseñanza media y universitaria. En 1973, fueron beneficiarios 10.230 estudiantes campesinos y mapuche.
El presidente Salvador Allende continuó el proceso de reforma agraria usando la Ley de Reforma Agraria promulgada en 1967 por el gobierno Demócrata Cristiano de Eduardo Frei. Mediante la aplicación de esta ley, hasta 1973 fueron expropiados 4.401 latifundios y las reservas indígenas mapuche recuperaron 30.000 hectáreas de tierra. En septiembre de 1972, se promulgó una Nueva Ley Indígena que –a pesar de su corta duración- fue un efectivo instrumento para resolver los litigios por usurpación de tierras a los mapuche.
Durante el período 1970-73; la Unidad Popular, transfirió a las comunidades mapuches; 30.000 hectáreas de tierra, sin embargo la acción directa de las corridas de cercos en las provincias de Malleco, Arauco, Cautín y Valdivia logró recuperar más de 70.000 hectáreas de tierra usurpada por los terratenientes. Todo un tiempo de hombres y mujeres mapuche visionarios convencidos de que era posible aunar fuerza, valentía y trascendencia fueron los que llevaron adelante la iniciativa de las corridas de cercos. Una vez más quedaba demostrado que la nación mapuche no estaba rendida. La consigna era: ¡Tierra o muerte!, ¡Nadie nos trancará el paso! 
La primera corrida de cerco, se realizó en Cautín el 15 de mayo de 1970 por la comunidad Mañío Manzanal (Comunidad Quinchavil-Santibáñez). Después de dos meses de ocupación y juicio, el Tribunal de Justicia falló a favor de los comuneros mapuche. La autoría de la corrida de cerco le corresponde al lonko Luis Quinchavil, que antes de llevar a cabo la acción, expresó hay que recuperar las tierras usurpadas corriendo los cercos a sus límites originales. Desde esta primera corrida de cercos nace la modalidad que se repetirá en todas las sucesivas acciones; desalambrar, sacar las estacas y correrlas a los límites establecidos por el Título de Merced de Tierras. El 8 de septiembre de 1970 de manera simultánea se realizan diez corridas de cerco y en el curso de los meses posteriores se ejecutan cientos de corridas de cercos. La consigna de las comunidades mapuche es: La lucha nos da lo que la ley nos niega. 
El 11 de septiembre de 1973 da inicio a una guerra interna que divide a los chilenos; Chile deja de ser el hogar de todos los seres humanos, la mitad de la población del país es despojada de sus derechos más elementales. Las organizaciones mapuche son prohibidas y puestas fuera de la ley. Las víctimas de la nación mapuche -ejecutados políticos- llegan alrededor de 300 y aproximadamente 50 detenidos desaparecidos. El número de los que sufrieron cárcel y tortura es desconocido.
La reforma agraria de la Unidad Popular resultó en la expropiación de 10 millones de hectáreas. La contra reforma agraria de los militares devolvió seis millones de hectáreas a sus antiguos dueños. La Corporación de Reforma Agraria remató al mejor postor tres millones hectáreas y alrededor de un millón hectáreas se repartieron entre los organismos estatales; Corporación Nacional Forestal y Fuerzas Armadas de Chile.
Los Centros Culturales Mapuche }
Para todos los gobiernos de Chile la cuestión mapuche, es tema de Estado. En 1978 existían en Chile 2.216 comunidades mapuche con una superficie alrededor de 250.000 hectáreas. Los militares chilenos -por razón de Estado- se proponen introducir reformas a la Ley Indígena 17.729 para terminar de una vez por todas con el problema indígena, según propia definición.
Antes de la promulgación de la Nueva Ley Indígena, el Instituto Indígena del obispado católico de Temuco tuvo acceso al texto de la nueva Ley, que hace llegar a dirigentes mapuche. Es así que el 12 de septiembre de 1978, en representación las Comunidades Indígenas de la IX y X Región se reúnen 155 dirigentes mapuche para discutir el proyecto de Ley 2.568. En ese mismo año por iniciativa de Melillan Painemal se inicia la creación de los Centros Culturales Mapuche con el objetivo de promover la cultura y la organización mapuche. En 1978, en 900 de las 2.216 comunidades mapuche se crearon Centros Culturales Mapuche.Blogger: Golpe de estado en chile - Crear entrada

4 comentarios:

  1. La información entregada en este blog es absolutamente parcial. No da cuenta de la responsabilidad del partido socialista y del llamado a la lucha armada realizada abiertamente por sus dirigentes. Esto desencadenaría en una macabra y sangrienta guerra civil. El golpe de estado fue necesario pero absolutamemte desmedido, criminal y extenso.

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